miércoles, 25 de noviembre de 2009

DESDE EL CUERPO

Solemos olvidarnos del prodigioso mecanismo que nos sostiene en este plano material.
Aquel que nos trasporta, que nos lleva allí donde queramos ir, aquel que dijiere los alimentos que tanto nos gusta comer, que nos permite acariciar a nuestros seres amados, oler la fragancia maravillosa de una flor o expresar con palabras y gestos nuestro pensamiento.

Aparentemente permanecemos unidos a él de forma indisoluble, pero bajo esta apariencia se esconde una profunda separación que solo se rompe cuando caemos enfermos o nos duele algo.
El cuerpo parece hablarnos a través del dolor, nos comunica con sus sensaciones y reacciones que no está ajeno a nada de lo que sentimos, deseamos o necesitamos. Es uno con nosotros.

Cuando miremos nuestro apariencia física, intentemos ir más allá del aspecto externo, con el que nunca estamos del todo conformes, rompamos esa relación con nuestro maravilloso vehículo donde solo se producen críticas y deseos de transformar lo que no nos gusta.
Llevemos nuestra mirada hacia el interior de este milagro de la naturaleza y escuchemos los sonidos del Universo interior. En la aparente quietud, cada órgano, cada tejido, cada célula trabaja incansablemente para mantenernos vivos.
Ofrezcamos cada día nuestro agradecimiento y nuestro amor a esta parte inseparable de nosotros mismos. Admiremos la maestría y perfección de su funcionamiento.

Profundiza en este increible mundo interno a través de la respiración, deja que ella te lleve hasta lo más profundo. Siente el aire entrar y salir de tu cuerpo. Siente la vibrante energía de vida que impregna cada rincón, que acaricia cada parte. Siente la sinergía con la que todo se conecta para trabajar en perfecta unión dentro de tí, como un campo de energía unificado. Siente la emoción que se produce en él cuando tu pensamiento se unifica con el amor.
Observa como cambia la energía de la emoción cuando tu pensamiento se aleja de la paz.

Observa los engaños de la mente produciendo intranquilidad, aburrimiento, incomodidad....
es el lenguaje de tu cuerpo que te advierte de que el falso yo infeliz hace lo imposible por mantenerte atrapado. Se listo, no te dejes engañar, escucha tu cuerpo.
Siente la vida presente, vibrando en cada célula. Siente la alegría del Ser desde tu cuerpo.

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